Por miles de años los seres humanos hemos considerado a todas las especies animales como inferiores, salvajes y sin el mínimo sentido de civilización, pero con el pasar de los años y gracias a muchas investigaciones se ha descubierto que muchas especies animales tienen grandes capacidades muy similares a las de los seres humanos, como por ejemplo estar de duelo cuando muere algún ser querido, incluso llegan a superar a los seres humanos en sensibilidad y amor por estos, algo que posiblemente jamás entenderemos.
Los cisnes son conocidos como las aves del amor. Ya que ellos tienen una pareja toda su vida, y en caso de que su pareja muera, después de un tiempo ellos se mueren de tristeza y soledad. Algunos le llaman “El amor eterno.”
La ardilla es un animal muy maternal y cariñoso. De hecho, si encuentra un bebé donde su familia murió. Ella lo adopta como su propio hijo.
Los chimpancés se caracterizan por tener un ritual de la muerte y guardar luto por la pérdida de un miembro de la familia muy similar a los gorilas. En ocasiones los chimpancés se reúnen en un gran círculo donde rodean al cuerpo sin vida. Dentro del círculo pueden gritar, olfatear y tocar el cuerpo, en ocasiones mueven las extremidades en distintas posiciones.
Cuando una cría fallece, las madres llevan el cuerpo durante días, incluso meses. Es una situación realmente triste ya que las madres cuidan y protegen el cuerpo como si aún tuviera vida. De la misma manera un joven chimpancé puede llorar la pérdida de su madre de una manera devastadora. En ocasiones estos pueden llegar a deprimirse terriblemente hasta llegar al punto de morir de hambre por negarse a la muerte de su madre.
No se necesita ser experto para saber que los perros son animales nobles y de buen corazón, incluso en la muerte de alguno de sus compañeros, donde su luto es deprimente ya que son animales muy emocionales. Cuando un perro llora la pérdida de algún compañero a menudo gimen mientras permanecen junto al cuerpo por horas protegiéndolo.
En algunos casos las madres entierran a sus cachorros. También se sabe que no sólo lloran por la muerte de su propia especie sino por la muerte de otras especies ya que son extremadamente sensibles y en la mayoría de los casos consideran a otras especies parte de su manada, incluso a los seres humanos.
Los caballos son una especie conocida por ser muy sociables y disfrutar de la compañía dentro de su rebaño, cuando muere uno dentro de la manada afecta a todos. Para su ritual de muerte el cuerpo es rodeado por todos los demás, en ocasiones huelen y patean suavemente el cadáver. Algunos permanecen a un lado del cuerpo llorando con la cabeza agachada y los ojos fijos mientras que otros pueden correr muy confundidos. Debido a que son seres muy sensibles y la muerte de uno de ellos los devasta, los dueños de los caballos dejan que el rebaño atraviese este difícil proceso de duelo permitiéndoles examinar el cuerpo de su amigo.
Los elefantes realizan un ritual de muerte muy particular cuando muere algún miembro de la familia, estos rodean el cuerpo y lo acarician suavemente mostrando su dolor y su estado melancólico. El proceso de duelo dura varias semanas, incluso vigilan el cuerpo y visitan su tumba constantemente. Son conocidos por ser una especie extremadamente sensible cuando se trata de la muerte de algún familiar, incluso se ha comprobado que en ocasiones lloran por sus compañeros al igual que por otras especies que han fallecido.
Los leones marinos son animales solitarios, que a menudo se reúnen para aparearse y reproducirse. Pero a diferencia de lo que piensan muchas personas, las madres crean un fuerte lazo con sus crías al igual que los seres humanos. Cuando un cachorro muere o es asesinado por un depredador, la madre se convierte en un ser muy emocional y angustiado. Durante días lloran, gimen y guardan luto por la pérdida de su cachorro. Cuando los cachorros nacen sin vida, la madre permanece junto al cuerpo durante días, cuidándolo, acariciándolo y llorando por la muerte de este.
Cada vez que muere un miembro de la familia de delfines, la manada se vuelve muy sensible por la pérdida. En ocasiones mueven el cuerpo con el hocico para examinar si en verdad está muerto, para velar su luto protegen al cuerpo de cualquier depredador. Cuando se trata de la muerte de un pequeño, el delfín macho permanece junto al cuerpo durante 30 minutos, incluso a veces durante algunos días. Cuidan a la cría de no ser devorada por algún depredador cuando comienza a flotar hasta la superficie.