La “ingeniosa ley” que dicta que los circos no pueden realizar actos con animales cumplió un año. En el 2015 México se unió a la lista de más de 28 países en el mundo que legislaron a favor de la prohibición del uso de animales silvestres en cualquier tipo de espectáculos; el primero fue Bolivia en 2009 y posteriormente se unieron Suecia, Finlandia, Grecia, Austria, Holanda, India, Dinamarca, entre otros.
No obstante, en nuestro país no se crearon los santuarios suficientes para albergar a dichas especies.
El pasado miércoles, a un año de concluido el censo, autoridades de la Semarnat informaron que de los mil 298 ejemplares empadronados, al menos 998 han muerto, algunos “cayeron en manos de traficantes de especies y ahora están convertidos en tapetes”; solo 300 continúan con vida, pero se encuentran en precarias condiciones.
Tigres, camellos, elefantes, llamas, osos, jaguares, chimpancés y demás especies que crecieron toda su vida en un circo y estaban acostumbrados al contacto con la gente, pasaron de un día para a la vida semi-silvestre de ecoparques y el efecto negativo de este tipo de cautiverio fue inmediato.
En el primer mes, los animales sufrieron depresión por el cambio de hábitat, siendo los tigres los más afectados. Se tuvo que contratar a sus antiguos domadores y armar la pista a la que estaban acostumbrados para calmarlos.
Otro cruel ejemplo del destino de estos animales “rescatados” de los circos fue un hipopótamo que, tras haber sido vendido a un particular, escapó de sus nuevos dueños y terminó atropellado en la carretera México-Puebla a principios de año. Así las cosas, ¿Qué piensa usted de esta ley?