
La huapangueada es el momento culminante de cada uno de los días de actividades del XXIV Festival de la Huasteca. Como ha ocurrido año con año, en cada una de las ediciones de este festival, la llegada de la noche es el momento más esperado por los asistentes. Ese momento en que los violines, las jaranas y las quintas huapangueras comienzan a afinarse para sonar con fuerza en el escenario principal. Los tríos van desfilando ante el gozo de los asistentes. Resuenan las tarimas, comienza la danza, y la alegría dura hasta el amanecer. Estas huapangueadas han sido el espacio en el que se han dado a conocer grandes tríos huastecos. Han llegado los consagrados, han surgido otros nuevos y han servido para arraigar, aún más, el enorme entusiasmo que los huastecos sienten por su música y su baile. Hace algunos años, esos tríos estaban conformados sobre todo por varones. La presencia de las mujeres era tímida. Pero, poco a poco, su participación comenzó a hacerse evidente y llegaron tríos femeninos de enorme talento que van gozando cada vez más de la admiración y el respeto del público. Las mujeres han ganado un lugar propio en el son huasteco y esto se reafirma año con año.

En la actual edición del festival, sorprendió gratamente la presencia de un trío de chicas muy jóvenes, el Trío Amapolas que llegó desde el estado de Tamalipas. Nuestra compañera Sonia Yáñez tuvo el gusto de conversar con ellas y de disfrutar de su música. Compartimos con ustedes el audio de esta entrevista y algunas imágenes de las huapangueadas de este gran festival que ahora se celebra en Cuetzalan Puebla.