Por Angélica Mayén
La higuerilla es una planta originaria de África de donde se extendió al Medio Oriente. Su nombre científico es Ricinus Communis L. Es una planta arbustiva de uno a cinco metros de altura, con los tallos huecos, ramificados y de color verde o rojizo. De ella se extrae el aceite de ricino. En la India y la China fue conocida hace unos 3000 años. Los egipcios hace más de 4000 años, empleaban la higuerilla en la iluminación de sus casas. Probablemente esta planta se introdujo en América después del descubrimiento.
La fábrica de aceite Torres Barriga fue fundada en 1935 por Jesús Torres Barriga, comerciante emprendedor que fundó otras compañías, entre ellas dos caleras, además de vender diversos productos a distintas entidades del país. Con apoyo de dos de sus hermanos, emprendió la aventura. Comienzan produciendo el aceite de higuerilla, también llamado de ricino de castor. Poco a poco, frente a una ciudad a oscuras y comunidades sin electricidad, el aceite de ricino fue ganando mercado, especialmente en el uso de lámparas de aceite para alumbrar las viviendas. “Comenzar no fue fácil, si bien antiguamente había un mercado muy importante, era alto el costo de producir y se vendía a precios módicos, a granel, a falta de apoyos a la industria para envasar y exportar”, nos cuenta Mario Elías Torres Ruiz, quien es el director y parte de la tercera generación de los Torres Barriga. La fabrica Aceites Torres Barriga procesaba al mes hasta 20 toneladas de semilla de la higuerilla. Las cuales convertía en aceite. En los años 80 la industria del aceite vivió una singular prosperidad, la capital del estado de Oaxaca llegó a tener unas 20 fabricas de aceite de higuerilla, pequeñas fabricas familiares que fueron extinguiéndose por varias razones.
Durante años la industria farmacéutica adquiría el aceite para elaborar emulsiones ya que se utilizaba como vehículo para otras sustancias, incluso en algunos hogares de México lo utilizaban como purgante.
Hoy después de 83 años la Fábrica de Aceite “Jesús Torres Barriga” una de las últimas que sobrevive en el centro de la ciudad de Oaxaca sigue produciendo el aceite de Ricino de forma artesanal, con la misma maquinaria, calidad, como se elaboraba en 1935. Cuenta con 8 trabajadores. Don Alfonso con 40 años de antigüedad en la fábrica, es quien domina las máquinas para la extracción del aceite.
Pero, ¿cómo es el proceso? Dependiendo de la cantidad de semilla que haya en existencia, se extrae el líquido viscoso. Previamente, la higuerilla pasa por una olla para un primer proceso de cocción; después, a una primera machacada en la prensa, donde comienza a verterse el líquido, que a su vez pasa a un segundo proceso de cocción. En seguida, se le añade carbón activado y pasa por filtros, donde se extrae un aceite artesanal cien por ciento puro, es decir, de primera calidad; una segunda molienda a las semillas de higuerilla permite extraer un aceite de segunda. La pasta o residuo final, también se utiliza; se vende a los campesinos como un abono, de extraordinaria calidad, a 500 pesos la tonelada. Para evitar extinguirse crean la marca de aceite “Tres Vírgenes” con el fin de recuperar el mercado local y continuar con la tradición tan oaxaqueña de tener una luz en casa.
El aceite de higuerilla, más conocido como de ricino, se utiliza comúnmente para la iluminación en lámparas, actualmente de uso religioso. En comunidades como Tlacoula, Etla y Zaáchila se siguen alumbrando los altares con lámparas de aceite de ricino- También de utiliza en la preparación de pinturas, como laxante emoliente para el cabello, base para el lápiz labial y rímel, para tomografías de alto contraste y para una serie de remedios caseros más. Es importante decir que la ricina, una proteína que se localiza en la semilla, y otros órganos de la planta, es un potente veneno. Por esta razón la semilla debe evitarse. Por otro lado, el aceite extraído en caliente, trae consigo la ricina y no debe ingerirse. El aceite que se usa como purgante tiene que extraerse en frío.
Recientemente se ha iniciado su empleo como base para el biodiesel, combustible no contaminante que podría ser de uso generalizado en las unidades de motor; sin embargo, todavía no ha tenido respaldo.
Don Mario tiene un espíritu entusiasta sin queja dice “hay que seguir trabajando, con la camisa bien puesta; no me quejo y no me voy a quejar, lo poco que sale, también hay repartirlo, que al campesino le toque un poco”.
La fábrica incursionó también en la elaboración de aceite de coco, cuyo producto actualmente está de moda. Mario Elías Torres Ruiz, productor de aceite de ricino y coco, está ubicado en la calle 20 de noviembre # 715, centro, Oaxaca, Oaxaca.