Fotos de Liliana Estrada
El día sábado 18 de mayo tuvo lugar uno de los festivales más prometedores del año, el PULSO, que con su segunda edición demuestra estar más latente que nunca. Esta vez el lugar de los hechos fue el antiguo aeropuerto de Queretaro, donde se congregaron más de 45 mil almas dispuestas a dedicar un día entero a la música. Es preciso decir que esta es la segunda edición del festival, por lo que las expectativas eran altas.
El sol estaba a todo lo que daba, se calcula que el pico más alto fue de 30 grados centígrados, y a pesar de haber una ventisca que por momentos se intensificaba, el clima se volvió una variante a considerar seriamente. Por momentos la tierra se levantaba por los aires, lo que obligo a todos a usar al menos un paliacate para cubrir boca y nariz. Lentes oscuros, ropa veraniega, sombreros, y demás, fueron necesarios para aligerar las condiciones que se vivían, pero todo valía la pena por la música.
Desde primeras horas del día, S7N, Budaya y Filulas Juz convocaron, en su respectivo escenario, a los asistentes que ya se encontraban deambulando por todo el lugar. Todo prometía un festival espectacular y conforme iban avanzando las horas se iba confirmando.
Sin embargo, hay que destacar los puntos altos del festival, esas presentaciones que por distintas razones se quedaran en la cabeza de todos los que presenciaron aquel día. Mención honorifica a Little Jesus, quienes han estado conquistando oídos por todos lados, una banda mas que activa que nos deleitó con sus tres sencillos más recientes: ”Los Años Maravillosos”, ”Fuera De Lugar” y ”Disco De Oro”, y que demuestran que la escena musical mexicana está más viva que nunca. De igual forma habría que mencionar a demás talentos nacionales como Siddartha y Centavrvs, quienes pusieron a cantar a todos.
Así mismo, el espectáculo comandado por Sabo Romo, Rock en tu idioma sinfónico, hizo una oda a los clásicos que marcaron un antes y un después en la historia del rock en español, no había canción que no se conociera, no había alguien que no cantara ‘’Matenme Porque me Muero’’, o ‘’Lamento Boliviano’’, entre otras.
Las bandas internacionales cumplieron las expectativas, empezando por los australianos Wolfmother, comandados por Andrew Stockdale (con quien además platicamos en entrevista para Reactor 105), banda que sorprendió con un poderoso show repleto de canciones que ya pueden considerarse clásicos de la agrupación, como Woman y Joker & The Thief, canción con la que cerraron su presentación, y algunas canciones de su último disco, Victorious, lanzado en 2016 (aunque ya nos chismosearon que tienen dos canciones nuevas que fueron grabadas en el estudio de los mismísimos Foo Fighters). El rock no podía faltar e hizo que todos se levantaran a cantar, o cuando menos brincar al ritmo de los riffs, y sin temor a equivocarnos, se posiciona como una de las presentaciones más enérgicas de todo el festival.
White Lies con su atmosfera hipnotizo a propios y extraños, brindando un setlist que despertó emociones a flor de piel, pues como es costumbre, sus letras suelen evocar al amor, la melancolía y el sentimentalismo, lograron conectar con el público de la mejor manera, sin duda un show para el recuerdo.
Ya para las 9 de la noche, Caifanes se adueñaba del escenario principal y nos brindaba lo que ya esperábamos, una noche llena de clásicos que hacen reminiscencia a una época del rock, y de la banda, que ya paso, pero que se mantiene viva por la necedad de la banda por seguir dando conciertos a pesar de no ofrecer algo nuevo, más que su sencillo más reciente, Heridos.
Del otro lado, Mon Laferte, a su manera, se adueñaba del segundo escenario, con todo su grupo de músicos, que se encargaban de musicalizar su voz, dando como resultado un show que puso a cantar a todos, Mon demuestra que tiene talento y que el lugar que ocupa hoy en día en la música se lo ganó a pulso. Por cierto, un dato curioso es que la vocalista se enojo cuando algunas personas gritaban y coreaban ”Interpol, Interpol, Interpol” durante su presentación, a lo que la chilena respondió ”No esten mamando, ya viene Interpol, ya saben la hora”.
Y hablando de Interpol, se posicionará como el show de la noche, de principio a fin la conexión entre la banda y el público era notoria, Paul Banks se comunicaba con todos en español, lo que hacía que la gente gritara aún más. De principio a fin ellos tenían el control y brindaron un setlist digno de ser compartido. No hubo un momento en el que la gente no cantara sus canciones, inclusive los sencillos más recientes fueron coreados. Evil, Slow Hands, C’mere, y demás, sonaron aquella noche, solo para reafirmarse como una de las bandas más amadas en el país.
Sin duda fue lo más destacado, musicalmente hablando, del festival, pero nos deja con las ganas de una tercera edición, sin duda PULSO llego para quedarse, y se convierte en un espacio que brinda distintos matices musicales para diferentes gustos.
@MisterSaul96