Asistir a un show de punk rock en la Ciudad de México es como viajar en el tiempo a un lugar en el que las brechas generacionales desaparecen para formar una multitud de amigos en patineta con ganas de divertirse mientras escuchan a su banda favorita y, donde el crowd surfing predomina sobre los teléfonos celulares que toman foto o video durante un concierto.
Este fin de semana, Millencolin fue la banda encargada de recrear ese escenario después de su última visita a nuestro país en diciembre del 2010, cuando celebraron en tierras mexicanas el décimo aniversario de su álbum Pennybridge Pioneers.
Siete años después, a pesar de varios contratiempos, la banda sueca se presentó para compartir una selección muy especial de canciones que nos remontaron a los días en los que, los compilados de Epitaph Records: Punk O Rama, o los video juegos de Tony Hawk’s Pro Skater eran el refente global del punk rock californiano y otros subgéneros.
El set integró canciones de su última producción discográfica True Brew (2015) pero fueron temas como “No Cigar”, “Penguins and Polar Bears”, “The Ballad”, “Pepper”, “Olympic”, “Twenty Two”, “Lozin Must” y “Mr Clean”, las encargadas de crear sinergia con los asistentes.
Por último, la banda aumentó la velocidad de los riffs con un encore conformado por canciones como “Fox”, “Bullion”, “Farewell My Hell” y “Black Eye” para decir adiós a más de tres generaciones que se reunieron para ver a una de los grupos más representativos de punk rock hecho sobre una madera con cuatro ruedas.