JOSÉ MARÍA VELASCO

Representante más puro del paisajismo mexicano, uno de los más sobresalientes artistas plásticos del siglo XIX, José María Velasco nació en Temascalcingo, Estado de México, el 6 de julio de 1840, con el nombre de José María Tranquilino Francisco de Jesús Velasco y Gómez-Obregón. Muy pequeño, se trasladó con su familia a la Ciudad de México donde realizó sus primeros estudios en el Colegio Lancasteriano de Santa Catarina Mártir. Su sentido de la observación y gran afición por el dibujo, lo convirtieron muy pronto en un destacado estudiante de grandes aptitudes. Después de pasar por el Colegio de San Miguel, ingresó en la Academia de Bellas Artes de San Carlos, gracias a una beca que obtuvo por medio de oposiciones. Allí fue discípulo de Pelegrín Clavé, Manuel Carpio y, sobre todo, del italiano Eugenio Landesio, que consiguió transmitirle las ideas del romanticismo, pero también el rigor de la academia clásica.

Con un bagaje familiar encaminado hacia la botánica, se convirtió en un dibujante de técnica depurada, trazo preciso y delicado sentido del color. Su lanzamiento hacia la pintura profesional llegó cuando el pintor Santiago Rebull ocupó el puesto de Director General de la Real Academia de Bellas Artes de San Carlos y convocó a un concurso cuyo premio sería una beca. Velasco fue el ganador indiscutible por su obra “El Exconvento de San Agustín”. Aquel triunfo, además de solucionar sus problemas económicos, lo llenó de confianza y entusiasmo, provocando que se enfocara a pintar al natural diversas versiones del Valle de México y la grandeza natural del Altiplano.

Valle de México desde el molino del Rey. Imagen: commons.wikimedia.org
Valle de México. Imagen: munal.mx

Fue así como, durante la mayor parte de su vida se dedicó a representar, de manera naturalista, pero también poética, los distintos aspectos del paisaje nacional. Baste mencionar obras como Valle de México, Vistas del valle de México, Valle de México desde el Tepeyac, La Alameda de México, Pirámide del Sol en Teotihuacán y todos sus cuadros dedicados a los volcanes Popocatépetl e Iztaccihuatl. Hizo realidad la aspiración de muchos artistas del siglo XIX al lograr que la pintura mexicana alcanzara el reconocimiento universal.

José María Velasco fue profesor e inspiración numerosos pintores y el espejo en el que se miraron los muralistas José Clemente Orozco, Diego Rivera y David Alfaro Siqueiros, para después romperlo y proponer otra versión de la pintura mexicana.

Llamado “el arquitecto del aire” murió en su casa de la Villa de Guadalupe Hidalgo, el 26 de agosto de 1912. Fue sepultado en el panteón del Tepeyac.

Escucha los siguientes programas se seccionados del acervo histórico del IMER sobre la vida y obra de José María Velasco.

Valle de México desde el cerro de Santa Isabel. Imagen: commons.wikimedia.org
La Alameda de México. Imagen: commons.wikimedia.org