Agustín Lara

El 6 de noviembre de 1970, después de haber recibido tratamiento por más de un mes en un hospital por una rotura de fémur, Agustín Lara falleció de un ataque al corazón a los 73 años de edad en la ciudad de México. Su cuerpo fue velado, primero, en el Teatro de la Sociedad de Autores y Compositores y después en el Palacio de Bellas Artes. Esa noche, Toña la Negra, su intérprete preferida, cantó Noche de ronda en el Teatro Blanquita del Distrito Federal. Sus restos mortales se depositaron en la Rotonda de las Personas Ilustres del Panteón Nacional de Dolores.

Nació en el seno de una familia acomodada, de nombre original, y largo como su talento, Ángel Agustín María Carlos Fausto Mariano Alfonso del Sagrado Corazón de Jesús Lara y Aguirre del Pino, fue en un principio conocido como Agustín Lara Aguirre del Pino, pero para la eternidad se llamó solamente Agustín Lara. Algunos biógrafos aseguran que nació en la ciudad de México, el 30 de octubre de 1900 pero otros dicen que fue en 1897. Lara, sin poner atención a las edades, siempre aseguró haber nacido en Tlacotalpan, Veracruz.

Desde pequeño ya mostraba habilidad para tocar el piano, y a los 13 años, tuvo la oportunidad de trabajar como pianista, en El Club de Señoras, un sitio de disipación noctámbula que lo marcaría de por vida. Y ya es leyenda que, aunque su padre el doctor Joaquín Lara, le aplicara encierros y castigos durante toda la vida él jamás dejaría ni el piano ni los centros nocturnos.

En 1927 Agustín Lara, sentado al piano en el Cabaret Salambó, ubicado por el rumbo de Santa María La Redonda, en la colonia Guerrero, cantaba sus canciones arrabaleras, sensuales y sentimentales; Juan Arvizu, el famoso tenor lo conoció y quedó encantado con las aptitudes del joven pianista; lo contrató para que lo acompañara al piano y lo lanzó a la fama interpretando sus canciones: Santa, Enamorada, Tus pupilas, Aventurera, Cuando vuelvas y Concha nácar.

Antes de Agustín Lara el panorama musical era confuso: por un lado, todavía se escuchaban las tonadas porfirianas, los valses y tonadas revolucionarias como la Adelita o La Valentina. Pero una vez que llegó Lara, llegó la modernidad. Todos fueron al cine a ver Santa, composición original del Flaco de Oro y se volcaron a escuchar la radio, medio en el que el compositor destacaría y se convertiría en estrella. Muy importante fue Agustín Lara en la creación de la XEW La voz de la América Latina, la estación radiofónica más importante de la época. En 1932 El Flaco estrenó programa: La hora íntima de Agustín Lara donde platicaba con el público y cantaba sus canciones. Se transmitía de 10 a 11 de la noche y como rúbrica musical La clave azul. Después se puso al frente del programa La hora azul y comenzó a dirigir la orquesta El Son Marabú mientras que voces como las de Ana María Fernández, Toña la Negra y Pedro Vargas popularizaban sus canciones.

Empezó entonces una frenética carrera hacia la fama, se convirtió en el responsable de que todos los mexicanos cayeran en una especie de ensueño apasionado al oír la voz de El Flaco de Oro, como lo llamaron toda la vida. Su prestigio acabó por consolidarse en la industria del celuloide, gracias a que varias de sus canciones se convirtieron en películas como Santa, Noche de ronda, Pervertida, Señora tentación, Revancha, Perdida y Coqueta.

Era un apasionado de la fiesta taurina y un enamorado de todo lo que representaba España; sin conocer éste país, Lara compuso las canciones Granada, Sevilla, Toledo, Murcia, Navarra, Valencia, Clavel sevillano y el famoso chotis Madrid.

Realizó su primera gira por el extranjero; actuó en París, donde su canción Farolito se convirtió en un éxito sin parangón.

Sin duda, su matrimonio con la bellísima y siempre controvertida actriz mexicana María Félix, que tuvo lugar el 24 de diciembre de 1945 lo consagró como un personaje polémico e inolvidable; siempre confesó su gran amor por La Doña y le dedicó varias canciones de amor: María Bonita, Aquel amor, Humo en los ojos y Cuando vuelvas.

Agustín Lara, también conocido como El músico poeta por la belleza de sus composiciones, cultivó todos los géneros musicales: el bolero, el tango, el danzón, los pasos dobles y el vals. Registró oficialmente 445 canciones, entre ellas: Solamente una vez, Palabras de mujer, Piensa en mí, Azul, Rosa, La cumbancha, Como dos puñales, Janitzio, Amor de mis amores, Imposible, Nadie, La clave azul, y Talismán; los pasos dobles: Novillero, Silverio Pérez, Gitanillo, Peteneras y El Cordobés; los tangos: Arráncame la vida, Lejos, Cómo te extraño, Adiós, Carita de cielo y Canalla. A Toña la negra le compuso Oración caribe, Lamento jarocho, Noche criolla y Veracruz.

Antes de morir, Lara dijo en entrevista las siguientes palabras:

Soy un ingrediente nacional como el epazote o el tequila. Soy flaco hasta el dibujo de la antena. Vibro con todo como la cuerda de un violín y con igual intensidad me sacuden la alegría y el dolor. Pero aquella la esparzo en cuanto puedo y éste me lo guardo. Es mi patrimonio de mortal y la moneda con la que pago algo de lo mucho que me ha sido concedido. Pero no. No es cierto. Es apenas el uno por ciento de mis lágrimas las que hago canciones. Todo lo demás me lo sorbo y se me anida en el alma en cuyos horizontes, a veces, revolotean los cuervos.”

Escucha los siguientes programas seleccionados del acervo histórico del IMER, sobre la vida y obra musical de Agustín Lara y sus famosas canciones interpretadas por el mismo Lara, Guty Cárdenas, María Victoria, Chavela Vargas, María Félix, Nat King Cole, Daniel Santos, Salvador Negro Ojeda, Libertad Lamarque, Alfonso Ortiz Tirado, Sara Montiel, Las Hermanas Águila, Elvis Presley, Amparo Montes, Hugo Avendaño, Los Panchos, Eydie Gormé, Carmela y Rafael, Doris Day, Antonio Badú, Javier Solís, Pedro Infante, Caetano Veloso, Elvira Ríos, Eugenia León, Luciano Pavarotti, Natalia Lafourcade, Tania Libertad, Frank Sinatra, José Carreras, Jorge Negrete, Placido Domingo, Rocío Dúrcal, Luis Miguel y muchos más.