La pluma de Emilio Carballido, máximo dramaturgo y narrador mexicano, cambió la historia del teatro nacional. Autor más prolífico que ninguno, narrador inteligente, observador calificado de los hombres y las cosas, convirtió el drama y la comedia en puro placer escénico. Nació en Veracruz, el 22 de mayo de 1925 e inició sus estudios en la Facultad de Derecho de la UNAM. Sin embargo la llamada de las letras, la composición dramática y el teatro no tardaría en llegar. Muy pronto comenzó a asistir a la Facultad de Filosofía y Letras, se convirtió en discípulo de Rodolfo Usigli, Xavier Villaurrutia y Celestino Gorostiza y habría de concluir una maestría en Letras con especialización en Arte Dramático y Letras Inglesas. Para la Historia de la literatura nacional, Carballido sería Identificado como parte de la Generación de la Década de 1950, a la que pertenecieron escritores como Sergio Magaña, Jorge Ibargüengoitia, Luisa Josefina Hernández, Rosario Castellanos, Jaime Sabines y Sergio Galindo.
Puede decirse que desde su inicio la carrera literaria de Emilio Carballido sería espectacular. Se dio a conocer en la escena mexicana a los 25 años de edad, cuando Salvador Novo decidió abrir la temporada de teatro de 1950 en el Palacio de Bellas Artes con Rosalba y los llaveros. Su obra se estrenó con gran éxito y según confesaría Carballido, “me dejó estúpido y muy engreído”. Cuentan sus biógrafos que los siguientes tres años de su vida se la pasó de fiesta en celebración y de reunión en cotilleo y no se sentó a escribir seriamente hasta que comenzó a trabajar en la Universidad Veracruzana. Fue entonces cuando se dedicó, de forma implacable, imparable y con mucha disciplina a explorar casi todo tipo de expresión escrita.
Lo mismo piezas teatrales -que suman más de 100 e incluyen teatro infantil- que relatos, guiones cinematográficos y televisivos, ensayos, crítica teatral y hasta novelas. Su obra se hizo acreedora a becas, premios y toda clase merecimientos, fue maestro y crítico sin embargo no creía en lo pedagógico del teatro. “Lo único didáctico posible, solía decir, es dar buenas obras, hermosamente preparadas, no hay otra. Para cambiar las estructuras sociales, es mejor un mitin que una obra de teatro. No podemos escribir predispuestos a denunciar algo. Si somos personas comprometidas y tenemos preocupaciones éticas, la obra va a reflejar automáticamente lo que somos y en quién creemos, pero también nos revelará rincones desconocidos de nuestro pensamiento.”
Sus títulos memorables y sus temas siempre certeros. Rosa de dos aromas, Orinoco; El tren que corría Yo también hablo de la rosa, La danza que dueña la tortuga, Cantata a Hidalgo Tiempo de ladrones y hasta su contribución para la película Nazarín son sólo unas cuantas muestras de la inmensidad de su trabajo y lo pródigo de su talento. Emilio Carballido estaría celebrando 90 años. Hoy que ya no está corresponde hacer fiesta en su memoria y por ello la Sociedad general de escritores de México (SOGEM) y Revista Tramoya invitan a un homenaje especial a través de una lectura dramatizada de fragmentos de su última obra, Un gran ramo de rosas, por los noventa años de nacimiento, será este viernes 22 de mayo a las 12:00 horas, en el cuarto piso de las instalaciones de la Sogem, José María Velasco 59 San José Insurgentes, Benito Juárez, Ciudad de México, D.F.